
Un día cualquiera en Drop Reality
Café en mano, ideas volando y teclados echando humo.
Así empieza un día cualquiera en el cuartel general de STIK.
Mike es el primero en llegar.
Aunque, siendo honestos, ya ha mandado 3 notas de voz, soltado 4 ideas y lanzado una demo de miniapp antes de cruzar la puerta.
¿La frase del día?
“Esto lo vamos a petar… pero con cariño.”
Y sí. Tiene razón. Siempre la tiene.
Mon entra como una rockstar, con los ojos clavados en la pantalla de Slack.
Ella pone la música. Nadie se lo pidió, pero hoy suena un live de Ben Böhmer porque “activa la creatividad.”
(Spoiler: la activa, y mucho.)
Se sienta y empieza a escribir frases que suenan como titulares del futuro.
Literalmente.
Cris aparece como un rayo.
A estas horas ya ha escalado cuatro paredes antes del desayuno.
La misión de hoy: destrozar conceptos, ordenar el caos y decir “esto no lo veo” con una sonrisa que, de alguna forma, nos motiva a todos.
Cuando habla de comunidad, se hace el silencio.
Todos lo escuchamos. En serio.
¿Jose? Es el que equilibra todo.
El que baja las ideas de las nubes a la tierra — y de paso, te alinea los tiempos, el código necesario y hasta el alma.
Hoy dice que tenemos que repensar cómo se activa un DROb.
Y sí, Jose, lo vamos a hacer épico.
Entre mockups, llamadas, cafés, stickers y frases como
”¿Y si convertimos la Estatua de la Libertad en una red social?“
el día se pasa volando.
Pero la energía, no.
Porque cuando estás construyendo algo que puede cambiar el mundo físico…
no hay reloj.
Solo momentos.
Y este equipo los convierte en magia.
Bienvenido a nuestro día.
Bienvenido a la Drop Reality.