

Llamada de Mark
Sí, ese Mark.
Y sí—le dijimos que no.
Ocurrió de verdad.
Mark Zuckerberg nos llamó.
No era un bot.
No era una broma.
Era él. El auténtico.
Había oído hablar de la Drop Reality.
DRObs. Miniapps. Productos como plataformas sociales.
Lo entendió. Chico listo.
Vio la visión.
Le gustó lo que estamos construyendo.
Y nosotros lo escuchamos.
Sonreímos.
Y dijimos:
No.
No, no estamos interesados en meter la Drop Reality dentro de otra red social.
No, no vamos a convertir esto en una simple capa más de engagement.
No, no hemos venido a mejorar los números de retención de otra plataforma.
Porque la Drop Reality no nació para encajar.
Nació para romperlo todo.
No estamos construyendo dentro de Meta.
Estamos construyendo en el mundo real.
En botellas, zapatillas, libros, juguetes, cosméticos.
Ahí donde la gente vive, conecta y siente.
La Drop Reality no es una función.
No es un filtro.
No es una story que pasas deslizando.
Es la próxima capa de internet.
Y vive en el mundo físico.
Y pertenece a quienes la crean, la escanean, la aman.
Así que sí — Mark llamó.
Y sí — fue tentador.
Pero el futuro que estamos construyendo no necesita guardianes.
Necesita creyentes.
Gracias por la llamada, Mark. Pero nosotros… ya estamos en casa.